Cuando un proteccionista recoge a un animal de la calle, le sana sus heridas, cura sus enfermedades, paga sus tratamientos y se los administra, el animal lo agradece eternamente, si hay una labor que es muy gratificante es SER PROTECCIONISTA. Los animales como perros o gatos fueron domesticados por el hombre hace muchísimos años y por esta razón el Hombre es responsable de su reproducción indiscriminada o abandono.
Cuando rescatamos a un animalito que parece no tener vida, no tiene pelo o le faltan algunos de sus miembros, pero que lucha por vivir, cuando lo vemos correr no hay forma alguna de borrar de nuestra cara una gran sonrisa.
Es por esto, que cuando llega el momento de darlo en adopción, no podemos deshacernos de el animal «regalándoselo» al primero que nos lo pida, hay ciertos códigos éticos que deberíamos manejar, y digo deberíamos, por que es un deber un compromiso con un animal que CONFÍA plenamente en su protector.